Manual para ser la esposa perfecta en 2024.
Texto por Jocelyn Monroy ★
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ADVERTENCIA: Este manual está inspirado en las discusiones actuales sobre las “tradwives” que han resurgido a partir de influencers de TikTok y que a pesar de llevar mensajes dignos del feminismo liberal occidental sobre la libre elección, nos devuelven ideas y prácticas que otras mujeres y feminismos ya cuestionaron y superaron. La idea es reflexionar sobre el contenido que consumimos y los mensajes transmitidos a las juventudes que buscan su propia “familia tradicional católica” sin tomar en cuenta que es la piedra donde se sostienen ideologías conservadoras para el ascenso de las derechas en todo el mundo. Si este manual te incomoda de algún modo, es hora de cuestionarse.
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MANUAL PARA SER LA ESPOSA PERFECTA EN 2024:
1 – Vivir en un país que tenga historial de colonizador o imperialista, que haya apoyado o financiado golpes de estado y que se beneficie de otros países y sus recursos naturales para enriquecerse. Que tenga también una ideología de derecha en auge: racismo, clasismo, sexismo.
2 – Busca un buen hombre, y con “buen hombre” me refiero a proveedor, con dinero y posibilidades de mantener una casa y obviamente a ti. Aunque el punto anterior es importante pero no obligatorio, siempre puedes buscarte un hombre rico de tu país aunque sea un poco más difícil.
3 – Ya que lo lograste, ponte bonita todos los días. Pregúntale qué quiere de desayunar, de comer, de cenar, cuáles son sus planes para tu semana. Tú tienes todo el tiempo libre para tu esposo, porque claro, tú no eres como esas mujeres de clase baja que tienen que hacer dobles y triples jornadas de cuidados domésticos sin paga, tú puedes hacer lo que quieras con tu tiempo libre. ¿Fabricarle un libro? ¿Hacerte un vestido para la cena con él? Los límites solo están en tu imaginación.
4 – La política te debe interesar sólo mientras cuide los intereses de tu esposo: empresas privadas, venta de armas, saqueo de territorios en los países del sur, mineras, turismo, militarización de fronteras, y claro, defensa de la familia tradicional, los valores cristianos y Dios. ¿Hacer América grande otra vez? Por supuesto. ¿Hacer crecer los muros fronterizos? También. Las mujeres del sur sólo importan cuando son tus empleadas. Recuerda que tu solidaridad está con la clase social de tu marido (o futuro marido).
5 – No escuches a las solteras que te tienen envidia. Porque claro, ellas no tienen una casa y un marido proveedor, a ellas nadie las quiere. Como esas feministas americanas de los años sesenta que por resentidas escribían libros preguntándose en qué momento se decidió abandonar el mundo y regresar al hogar. Por eso con los feminismos ni a la esquina. Lo de ahora es nuestra libre elección, porque tu casa, tu marido y tu libre albedrío está antes que cualquier cosa que pasa en el mundo.
Pero… ¿qué pasa si soy una mujer sin privilegios?
Lamento mucho decirte que si tú eres una mujer sin privilegios no puedes ser una esposa perfecta. A ti te tocará hacer jornadas de trabajo del hogar para tu esposo sin paga, te toca trabajar para ayudarle con los gastos porque él gana el mínimo y no alcanza para mantener la casa.
Te tocará hacer frente al racismo, clasismo, xenofobia, y resistir a la privatización de tierras, al militarismo, o a las dictaduras impulsadas por países como Estados Unidos, te toca organizar las economías comunitarias y defender bosques, campos y ríos, aunque en eso se te vaya la vida (o te la quiten).
Te tocará llorarle a tu familia bajo los escombros de un bombardeo llevado a cabo por gente que con la mano en la cintura te dice que esa es la tierra que Dios le prometió, aunque no se refieran a Dios en sí, sino a otra nación con ya conocido historial colonizador. Tú no tienes elección.
O si acaso esperar a que un hombre con otra nacionalidad te salve de la pobreza con su amor (y su dinero) aunque simplemente te esté exotizando y pensando que estás a su servicio, porque para ellos las mujeres del sur “somos muy amables y hacemos todo con gusto”.
Aunque ya como último recurso también puedes cuestionar los discursos de las mujeres blancas y su “libre elección”, incomodarlas, y desafiar los sistemas de opresión que te rodean y que ellas perpetúan, pero eso te volvería una resentida envidiosa y nadie quiere parecer una resentida en pleno 2024 ¿o no?
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Jocelyn Monroy es etno-historiadora sin título y latinoamericanista inexperta, post-feminista y habitante de algún barrio de la GAM (CDMX). Escribe sobre feminismos, violencias, e historia del tiempo presente. Siempre entusiasta de la música, y de la política de abajo y a la izquierda.
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